Ferrocarril de Peñarroya a Puertollano

GEOGRÁFICAS
Créditos
Patrimonio minero-industrial en Castilla-La Mancha:
el área Almadén-Puertollano .
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Ferrocarril de Peñarroya a Puertollano

 
Estación de Peñarroya-Pueblonuevo.

Antiguo ferrocarril de via estrecha (métrica) cuya finalidad principal era dar salida al mineral de la Cuenca Minera del Guadiato.

 

Historia

En la última década del siglo XIX la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya, poseía la concesión de un ferrocarril entre Puertollano y Almodovar del Campo, en la provincia de Ciudad Real, inaugurado en 1890 y que diez años más tarde fue prolongado hasta San Quintín, donde la sociedad explotaba unas minas de manganeso. Con este precedente, se planteó la construcción de una línea férrea entre Peñarroya y Fuente del Arco (Badajoz) para facilitar la salida del mineral a través de línea ferrea Sevilla-Mérida, con la que enlazaría en esta última población. La línea se inauguró en 1893, abriéndose al público un par de años más tarde.

Iniciado ya el siglo XX, la S.M.M.P. obtuvo concesiones para nuevas líneas férreas y añadió a la línea existente un nuevo tramo, alargándola hasta Conquista en 1907 y administrando el ferrocarril independientemente de las explotaciones mineras, con el nombre de "Ferrocarriles de Peñarroya a Fuente del Arco y Conquista". Desde esta última población construyó un ramal de 21,5 Km. hasta El Horcajo con ancho de vía de 600 mm.

Puente en El Horcajo.

La demanda de mineral que se produjo durante la Primera Guerra Mundial llevó a la decisión de unir los dos ferrocarriles, construyendo el tramo que faltaba entre Conquista y Puertollano, con la idea de dar salida hacia el norte a la producción dePeñarroya y hacia el sur a la de Puertollano. Para este tramo se obtuvo la concesión en 1918, pero el trazado tenía que atravesar una de las zonas más abruptas de Sierra Morena y la Sierra de Alcudia, presentando un perfil extremadamente duro con pendientes que llegaban a superar las 30 milésimas, lo que hizo que la inauguración se demorara hasta 1924, momento en que la línea de vía métrica Fuente del Arco - Peñarroya - Conquista - Puertollano - San Quintín alcanzó su máxima longitud, 247 km. de recorrido a través de las provincias de Badajoz, Córdoba y Ciudad Real.

Entretanto, el 29 de octubre de 1923 se había constituído bajo la denominación de "Ferrocarril de Peñarroya a Puertollano", una nueva compañía con el objeto de explotar todas las concesiones ferroviarias de la S.M.M.P., de las que había pasado a ser titular el 1 de enero de 1924.

La dureza del perfil del tramo Conquista-Puertollano hacía especialmente difícil la explotación con locomotoras de vapor, lo que unido a que la S.M.M.P. poseía en Peñarroya y Puertollano sendas centrales eléctricas que producían más energía que la que la propia sociedad consumía, determinó la decisión de electrificar los 55,5 Km. de esta parte de la línea, eligiendo para ello el sistema de corriente continua a 3.000 V. que tan buen resultado había dado en las difíciles rampas del Puerto de Pajares. Para ello se construyeron dos subestaciones rectificadoras de vapor-mercurio en Puertollano y La Garganta. La electrificación se inauguró el 3 de diciembre de 1927.

El origen francés de la S.M.M.P. debió influir en la elección de las cinco locomotoras eléctricas que fueron adquiridas a la Societé Alsacienne de Constructiones Mécaniques y se recibieron en 1927, quedando asignadas al depósito de Puertollano y convirtiéndose por sus características en ejemplares únicos de los ferrocarriles de via estrecha españoles, pues fueron las únicas que funcionaron en corriente continua a 3.000 V. y tuvieron bogies de tres ejes acoplados por bielas. Permanecieron en servicio hasta la clausura de este ferrocarril.

Los talleres de este ferrocarril en Peñarroya contaron con personal altamente cualificado, lo que motivó que en ellos se reparara habitualmente material de otras compañías, como la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces o Renfe e incluso que se construyera material para otras líneas de vía estrecha del resto de la península.

Al producirse la crisis de la minería la economía de este ferrocarril, que había sido diseñado pensando únicamente en el transporte de mineral, se resintió notablemente por lo que el 1 de febrero de 1956 pasó a depender del Estado, cerrándose ese mismo año el trayecto Almodovar del Campo-San Quintín. Posteriormente fue FEVE, en 1965, quien se hizo cargo del mismo, manteniéndolo hasta su clausura el 1 de agosto de 1970.

Museo de la Minería al Aire Libre. Pozo Norte y «La
Apartadero Calatrava. Central Termoeléctrica (Puertollano).
Apartadero Calatrava. Central Termoeléctrica (Puertollano).

No le regatearon a Miaja medios y elementos sobrados para obtener, por lo menos, una apariencia de victoria, una conquista, aunque fuese circunstancial - que produjese alguna impresión en el extranjero con motivo del viaje de Chamberlain a Roma. Se le exigía a toda costa la conquista fulminante (aunque fuese por poco tiempo) de Peñarroya.... ¡Peñarroya! Ya sabían los rojos lo que apetecían. Su transitoria posesión hubiera tenido, bajo el punto de vista internacional, mayor repercusión que la conquista de una capital de provincia. Las acciones de Peñarroya se cotizan a diario en París y en Londres y en Nueva York. Si Miaja hubiese conseguido su propósito, toda la propaganda del judaísmo y del marxismo internacional hubiese vibrado en escandalosos aspavientos.

[ABC-Sevilla, 18-Enero-1939, p. 9].

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El tren blindado del ferrocarril Peñarroya-Puertollano

 

 

Tren blindado en el ferrocarril Peñarroya-Puertollano
Fuente: 
vehiculosblindadosdelaguerracivil.blogspot.com

Hace un año hablamos de una epopeya relacionada con el tren blindado nº 8 en la línea ferrea Almorchón-Belmez, (leer entrada) de la importancia relativa que tuvo este tipo de tecnología militar durante la Guerra Civil Española, sobre su utilización propagandística por parte de las autoridades republicanas así como el uso alternativo y tragicómico que le dieron las tropas que montaban en él.


Pero la historia de los trenes blindados republicanos en el Guadiato no finaliza en el ancho ibérico. La vía estrecha que surcaba nuestra comarca desde Fuente del Arco hasta Puertollano pasando por Peñarroya-Pueblonuevo también tuvo su tren blindado equivalente, aunque de menor fuste, como comprobarán más adelante.


Desde el mes de Octubre de 1936 muchas vías de comunicación que conectaban el Valle del Guadiato con el Valle de los Pedroches y el Valle de La Serena respectivamente quedaron interrumpidas por los frentes de batalla. Éstos, con leves idas y venidas de varias decenas de kilómetros, permanecieron prácticamente inalterados hasta el final del conflicto. Entre las infraestructuras afectadas por la guerra, el ferrocarril Peñarroya-Puertollano tampoco fue la excepción.

 

En una guerra moderna de conquista, como lo fueron todas hasta la primera mitad del siglo XX, los mandos militares se afanaban por dominar, en primer lugar, las áreas industriales y mineras, por su indudable interés estratégico en el sostenimiento de la capacidad bélica. En segundo lugar, el objetivo era control de las comunicaciones, donde destacamos puertos, aeropuertos y ferrocarriles, como soporte logístico fundamental desde el punto de vista táctico.

Tras el triunfo del golpe de Estado en la ciudad de Córdoba y tras el fracaso de una ofensiva mal organizada por Ejército Republicano desde Alcolea y la sierra en Septiembre de 1936, los mandos militares franquistas fijaron rápidamente su atención nuestra comarca, dada la envergadura de sus recursos mineros, la existencia de una industria pesada y nudos de comunicación importantes como el eje ferroviario Peñarroya-Belmez. Enseguida comenzaron a elaborar un plan para invadir el Norte de Córdoba, atacando el Guadiato primero, para virar posteriormente hacia el Valle de los Pedroches.

Así las cosas, en el mes de Octubre de 1936 las tropas franquistas habían completado prácticamente la ocupación del noroeste de la provincia. Tras unos meses de estabilidad en los campos de batalla y reorganización de los ejércitos, en Marzo de 1937 el bando sublevado inicia una ofensiva general para tomar la comarca del los Pedroches, ofensiva que fue frenada en las puertas de la localidad de Pozoblanco un mes más tarde. Finalmente, los frentes quedaron fijados con leves diferencias en los límites administrativos actuales entre ambas zonas. Y así permaneció hasta prácticamente el final del conflicto.

En estas circuntancias, tras la ofensiva y contraofensiva posterior, la línea Peñarroya-Puertollano quedó muy afectada y literalmente partida en dos. El sector franquista abarcaba desde Fuente del Arco hasta la estación de Cámaras Altas, en total 90 km. de vía estrecha. Por su parte, el sector republicano cubría 140 km., desde San Quintín y Puertollano hasta la estación de Minas del Soldado. La estación de Peñas Blancas quedó, por lo tanto, en lo que en el argot militar se denomina como tierra de nadie.

 

 

 Estación de Peñas Blancas, en la actualidad

A partir de entonces, la línea o, mejor dicho, las líneas, fueron militarizadas. El servicio de transporte de viajeros y mercancías comenzó a funcionar con normalidad, una normaliad únicamente interrumpida por los convoyes de tropas y de material bélico para los diversos frentes.


La idea de construir un tren blindado en esta línea se le atribuye a Joaquín Pérez Salas, legendario Teniente Coronel del Ejército Republicano y famoso tanto por su arrojo en el campo de batalla como por su capacidad en el uso táctico de la artillería de campaña. 
 

La mayor parte del material de tracción y rodante quedó en la parte republicana, entre Puertollano y Ciudad Real, producto de una oportuna retirada, mientras que el tramo franquista era deficitario en cabezas tractoras, razón por la cual decidieron traer material ferroviario de otras líneas como es el caso de los ferrocarriles suburbanos de Málaga.

Probablemente, la existencia de otros trenes blindados en líneas próximas, como el nº 8 de Almorchón-Belmez y un excesivo stock de locomotoras en la parte republicana de este ferrocarril influyeron decisivamente en la construcción de un tren blindado de vía métrica.


La locomotora elegida para este fin fue la número 22 de la SMMP, máquina-ténder del tipo 140, fabricada en La Meuse, Francia, en 1927.

Según la descripción que reza en el libro "Los trenes blindados españoles" (Jacinto M. Arévalo Molina, editorial Trea)
"a la locomotora se le añadió una gran cabina o garita en la parte delantera o traviesa, construida a base de gruesas chapas de hierro. En esta estructura se instalaron varias ametralladoras, tal vez dos o tres. Delante de la locomotora iba un vagón plataforma con sacos terreros, formando una especie de nido de ametralladoras".

El tren blindado de vía estrecha tuvo su base en la estación de Pozoblanco y su vida no fue tan azarosa como la del nº 8 en la Almorchón-Belmez. Del mismo modo, tampoco se ha recogido que participara en ninguna acción militar de importancia durante el periodo 1938-1939. Las fuentes militares consultadas demuestran que la zona por la que discurría la línea republicana se mantuvo relativamente "tranquila" hasta el final del conflicto. Por lo tanto, es de suponer que fuese utilizado en labores de vigilancia y, cómo no, con fines propagandísticos.

Aunque durante la trayectoria operativa de este tren se elaboró un proyecto más serio de blindaje del mismo, éste nunca llegó a ser desarrollado.

Al final de la guerra se procedió a desmontar el blindaje de la locomotora. La número 22 recuperó entonces las funciones para las que fue empleada, antes de la guerra. 

A diferencia del tren blindado nº 8, del que se conserva la máquina diesel en el Museo del ferrocarril de Madrid-Delicias, no quedan restos de este "castillo ferroviario" de vía estrecha. La nº 22 fue finalmente desguazada en 1968, dos años antes del cierre de la línea.
 

Verdaderamente y dicho en nombre de la humanidad, hubiese sido deseable que estos ingenios jamás hubiesen existido. No obstante, una vez asumida la inevitabilidad de los acontecimientos históricos, al menos si debemos hablar de ellos como un elemento de medida más de la capacidad destructiva de las personas que pasaron por aquí hace más de 70 años e incluirlos en el estúpido e inútil bestiario de acero que ha producido nuestra historia negra.

Coche Salón PFA X-2.

Ex FC. Puertollano - Peñarroya - Fuente del Arco.

Fabricante: Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya

Estado: Original. Buen estado de interiores en general. Espera restauración de la parte exterior.

Un salón amplio y completo.

Coche Salón PFA X-2.

Ex FC. Puertollano - Peñarroya - Fuente del Arco.

Fabricante: Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya

Estado: Original. Buen estado de interiores en general. Espera restauración de la parte exterior.

Una oficina de pago ambulante.

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