“MINAS DEL CENTENILLO” S.A.

EL  antiguo castillete de las "Minas del Centenillo, concretamente del pozo "Mirador",   fue donado por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en el año 1968. al

Museo Histórico-Minero Don Felipe de Borbón y Grecia

En 1953, “MINAS DEL CENTENILLO”, S.A. pasa a ser propiedad de la empresa “SOCIEDAD MINERO Y METALURGICA PEÑARROYA”, que adquiere la mayoría de las acciones, la actividad de esta compañía duro 10 años, los últimos con pérdidas por lo que en 1964 se clausuran las minas después de 100 años de actividad, en total se extrajeron unas 800.000 Tm. de plomo.

La empresa concesionaria desmonto la totalidad de la maquinaria y solo quedaron en pie los edificios como testigos mudos a través del tiempo. Ahora 46 años después del cierre y debido al paso del tiempo y a la despreocupación de las distintas Administraciones, las minas de plomo del Centenillo, son un recuerdo.

Actualmente El Centenillo es una zona de ocio y descanso y que debido al desarrollo de la actividad rural, tienen un gran auge, por encontrarse en un enclave privilegiado en el corazón de Sierra Morena, al que acuden cada vez mas visitantes, a descansar y pasear por sus tranquilas calles en silencio, como si quisieran volver a su pasado minero esplendoroso.

FILÓN PERDIZ

Los mineros romanos sobre este filón excavaron una serie de pozos, de los que algunos eran aún visibles cuando el señor De La Viña vino a explorar la zona de El Centenillo (finales del siglo XIX), coincidiendo el pozo más este con el actual pozo Perdiz. No se ha podido documentar ni recuperar ningún elemento material ya que los restos de estas explotaciones mineras se encuentran totalmente cubiertas por el núcleo urbano de El Centenillo.

Este filón de La Perdiz fue explotado al menos en dos momentos diferentes: el primero, se produciría en época romana (s. II a.C.-s. II d.C) a través de pequeños pozos y trincheras que alcanzaron una profundidad máxima de 140 metros y mínima de 50 metros, según los reconocimientos y exploraciones llevadas a cabo por los mineros modernos a finales del siglo XIX con el fin de reiniciar de nuevo la explotación.

El segundo periodo de laboreo se iniciaría a finales del s. XIX, tras la realización de los trabajos prospectivos, con la llegada de la familia Haselden hasta la década de los años 60 del s. XX en que la Sociedad Minara y Metalúrgica de Peñarroya cesó su actividad.

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