La Bahía de Portma una Catástofe Ecológica

Los vertidos a la bahía tanto por parte de la Mancomunidad de Miguel Zapata e hijos como posteriormente por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya España S.A. que además de contener compuestos constitutivos de los minerales (carbonatos y sulfuros de plomo, hierro, zinc, cobre, óxidos de hierro plomo manganeso etc.), contenían también compuestos utilizados en el tratamiento por flotación (cianuro sódico, ácido sulfúrico, zantatos, sulfatos de cobre etc.) estaban condicionados por la concesión hecha por la Administración competente, a no crear perjuicio ni merma alguna a la bahía, al puerto o, a cualquier instalación marítima con la obligación para el empresario de dragar periódicamente la bahía (última concesión el 10 de febrero de 1959), cuando a finales de la década de los años 60 la empresa Peñarroya solicita un cambio en la ubicación de la tubería de vertidos
Cuando Sociedad Minero-Metalúrgica Peñarroya de España S.A. se crea en 1957 se establece en la cuenca minera de La Unión una explotación intensiva de minería a cielo abierto. Se construyó un lavadero de grandes dimensiones llamado “Roberto”. Desde éste se vertían directamente al mar mediante una gran tubería los residuos  o estériles. La evolución del volumen de vertidos fue espectacular alcanzando las 10.000 toneladas por día. En 1990 cesa en sus actividades la empresa. Para entonces se habrían arrojado a la bahía más de 60 millones de toneladas, lo que condujo a la anegación del  paraje situado entre Cartagena y La Manga del Mar Menor. 
 
A diferencia de la reconversión industrial vasca la implicación del Estado en el caso de Portmán fue desdeñosa. Murcia apenas recibió inversiones compensatorias y lo que es más grave; la regeneración de la Bahía sigue, tras veintidós años, en un papel. Ninguna organización de izquierda o derecha ha hecho de esta causa el trampolín para desgastar a un Gobierno. Y es que no tendrían sobre quién derramar su crítica. Niguno se ha puesto en la labor de recuperar un espacio usurpado por toneladas de sedimentos tóxicos. Allí siguen enterrados haciendo inviable cualquier actividad económica o turística. Sin embargo todos se tomaron en serio las 77.000 toneladas del Prestige, o el recobro de la ría del Nervión con su impactante transformación urbana.  El Guggenheim de Bilbao como testigo.
 
Portmán es un destino olvidado en una hoja amarillenta. Sólo Greenpeace consiguió remover alguna tímida conciencia aplastada con tantos kilos de escoria. En la Región de Murcia es un proyecto más que resurge en época electoral y muere inmediatamente después sin financiación ni voluntad. Hechos de esta naturaleza confirman lo que ya sabíamos; la urgencia de desempañar una política de Estado obscurecida por el vaho de unas identidades periféricas efervescentes. Mientras esto no se produzca las cuestiones importantes nunca serán una prelación objetiva. Outra vez máis paisanos anónimos vuestros problemas importan, como diría mi abuelo, un gran carallo
Minerales de La Unión, S.A. ... Industrias y Minerales San Juan, S.A. .... SOCIEDAD MINERA Y METALURGICA DE PEÑARROYA ESPAÑA SA.
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La Bahía de Portmán y sus alrededores anegados con más de 33 MILLONES de metros cúbicos ( más de 60 millones de toneladas) es el mayor desastre medioambiental de España y el Mediterráneo, superando con creces los 5 millones de capacidad de la presa de Aznalcóllar y las 77.000 toneladas de petróleo transportadas por el Prestige.

Para hacernos una idea de las verdaderas  dimensión de la catástrofe, decir solo que con los estériles vertidos al mar en Portmán se podrían anegar por completo no solo la bahía de Portmán, sino también la de San Sebastián (hoy que conocemos lo que ha sido de San Sebastián, ¿os lo imagináis anegado de estériles? ¿y Portmán? ¿lo imagináis regenerado?).

HISTORIA DE EL DESASTRE

Durante siglos, la cuenca minera de Cartagena – La Unión, ha sido explotada mediante la construcción de pozos y galerías para la extracción de minerales como el plomo, zinc, plata, azufre etc. actividad que dejaba abundantes restos de estériles formando balsas (pantanos) distribuidas por toda la sierra, incluso existieron varias fundiciones, la mayor de ellas (¿Constancia?) localizada justo enfrente de la bahía de Portmán, donde todavía quedan grandes montones de escoria (gachas) depositados sobre el mojón de la zona marítima.

En el último tercio del siglo XIX, son muchísimos los yacimientos explotados en la cuenca de la sierra de Portmán con medios deficientes y rudimentarios, este sistema de almacenamiento en balsas es el comienzo de los vertidos de estériles a la bahía a través de las ramblas de la Sierra. Es en esta época cuando aparece la figura de Miguel Zapata Saez (el "Tío Lobo"), el mayor de cuatro hermanos de una familia del campo de Cartagena (San Javier) dedicados a la explotación de la ganadería, un hombre con gran intuición comercial que vio en la Sierra de Portmán la posibilidad de cumplir su sueño de crear una gran empresa, la Sociedad Minero-Metalúrgica Zapata Portmán, que con el paso del tiempo iría comprando las explotaciones de la Sierra Minera hasta convertirse en dueño de casi todo el negocio minero de la comarca. Posteriormente crearía la Sociedad  Mancomunidad Miguel Zapata e Hijos, de cuya fusión con Peñarroya a mediados del siglo XX, nació la Sociedad  Minera y Metalúrgica Peñarroya S.A.,  quienes paso a paso se harían con todas las explotaciones mineras de la cuenca e iniciarían en 1957 la verdadera revolución en la Sierra, con el inicio de grandes explotaciones a cielo abierto y con la construcción del gigantesco lavadero de flotación denominado “Roberto”, desde donde se vertían inicialmente hacia el centro de la Bahía de Portmán unas 3.000 toneladas /día de estériles, que posteriormente pasaron a ser 10.000 toneladas /día,  y que convirtieron a éstos en connivencia con la Administración de la época en los verdugos de la bahía de Portmán, anegándola por completo sin miramiento alguno por la playa, el puerto, el entorno, la pesca, ni por el futuro del pueblo de Portmán  y el de gran parte de la comarca de la Sierra Minera.

Los vertidos a la bahía tanto por parte de la Mancomunidad de Miguel Zapata e hijos como posteriormente por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya España S.A.  que además de contener compuestos constitutivos de los minerales (carbonatos y sulfuros de plomo, hierro, zinc, cobre, óxidos de hierro plomo manganeso etc.), contenían también compuestos utilizados en el tratamiento por flotación (cianuro sódico, ácido sulfúrico, zantatos, sulfatos de cobre etc.) estaban condicionados  por la concesión hecha por la Administración competente, a no crear perjuicio ni merma alguna a la bahía, al puerto o, a cualquier instalación marítima con la obligación para el empresario de dragar periódicamente la bahía (última concesión el 10 de febrero de 1959), cuando a finales de la década de los años 60 la empresa Peñarroya solicita un cambio en la ubicación de la tuberia de vertidos desde el centro de la bahia hacia la punta de ponienter de Portman (monte de la Galera), porque al haberse anegado el centro de la bahía no puede seguir tomando agua del mar para abastecer al lavadero Roberto, el Ayuntamiento de la Unión recurre judicialmente el permiso por el peligro que entraña para lo que queda de bahía el cambio solicitado, pero no exige en el planteamiento del recurso que se haga efectiva la condición de la concesión de 1959, del dragado periódico de los estériles. Así el 4 de enero de 1972, Peñarroya consiguió carta blanca para anegar la bahía de Portmán sin condición alguna al amparo de la Administración Regional y Estatal de la época, quienes dijeron que la bahía de Portmán no tenía valor turístico alguno (hay que recordar que La Manga pertenecía por entonces a la familia Maestre accionistas de la fusión Miguel Zapata e Hijos y Peñarroya), así como por la sentencia más injusta, indigna y dolosa, probablemente de todo el repertorio de jurisprudencia española, en la que  la Sala V del Tribunal Supremo fallaba a favor de la empresa Peñarroya, en contra del recurso planteado por el Ayuntamiento de la Unión, argumentando que por el respeto que ha de tenerse a industrias como la Sociedad Minero-Metalúrgica Peñarroya España S.A., de gran interés por su importancia y por los puestos de trabajo creados, ésta,  estaba por encima de los intereses generales del municipio. De este modo la amenaza que había de hacer desaparecer la bahía bajo el fango, se convirtió a partir de entonces en una realidad. Es así, como el abandono por parte de la justicia, el de nuestros gobernantes y el egoísmo injustificable y consentido de la multinacional, dieron lugar al aterramiento completo de la bahía en un espacio corto de tiempo si consideramos las dimensiones de ésta. A La Manga se le dejo el camino libre para la explotación turística y a Portmán se le condenó a ”muerte”.

Tras un larguísimo proceso de protestas llevadas a cabo tanto por particulares como por organizaciones no gubernamentales (Greenpeace se encadenó en 1986 al tubo de los vertidos) , instituciones (Ayuntamiento de La Unión y Defensor del Pueblo) y organismos internacionales incluida  la propia Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea, finalmente el 31 de marzo de 1990 cesaron los vertidos al mar.  Se habían vertido más  de 60 millones de toneladas de residuos sólidos, equivalentes a unos 33 millones de metros cúbicos, cuando en 1990 se cerraron los vertidos la línea de playa se había retirado 700 metros en el eje central de la bahía, en el fondo marino los sedimentos llegaban hasta 12 Km mar adentro a profundidades de más de 150m y en la bahía, 750.000 metros cuadrados de mar estaban sepultados de estériles, bajo ellos quedaron los sueños, las ilusiones, la esperanza, el futuro e incluso la dignidad de mucha gente.

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