EL VAPOR CAROLINA Y LA COMPAÑIA METALURGICA DE MAZARRON

Mariano Carlos Guillén Riquelme es cronista oficial de Mazarrón y autor, entre otras obras, del libro MAZARRON 1900, publicado en 1997 por el Ayuntamiento de aquella localidad, siendo su ISBN: 84-605-6786-9. Hace unas semanas tuvo la amabilidad de remitirme el citado libro, una obra maestra de la arqueología industrial en aquella bonita villa, que nos permitirá extraer unos apuntes únicos sobre la vida del vapor CAROLINA, que fue una referencia en el transporte de aquella ciudad durante mas de cincuenta años.

El vapor CAROLINA fondeado en Mazarrón. Año 1910. Foto H. Nonnast. Del libro MAZARRON 1900

El vapor CAROLINA fondeado en Mazarrón. Año 1910. Foto H. Nonnast. Del libro MAZARRON 1900

La ultima referencia que hemos encontrado del buque, datando de 1938, lo da como perteneciente a la Compañía Metalúrgica de Mazarrón, y, en el LLOYD´S, se le cita hasta el año 1942, aunque, como ya sabemos, esto no implica que estuviese en activo en aquel año.

Botado el 11 de diciembre de 1879, y entregado en enero de 1880, el vapor CAROLINA, que tenia el numero de grada 85 de los astilleros de Edward Withy & Co., fue construido en Middleton, Inglaterra. Las fuentes consultadas le dan la calificación de yate, en origen, cosa que aunque dudamos, no podemos negar.

Sus características técnicas, según el LLOYD´S REGISTER OF SHIPPING, año 1930, consultado a través de la web PLIMSOLL SHIP DATA, son las siguientes: …”Vapor a hélice con casco de hierro; señal distintiva, EEGS; registro bruto, 235 toneladas; registro neto, 144 toneladas; año de construcción, 1879; astillero, E. Withy & Co., de Hartlepool; armador, Cia. Metalúrgica de Mazarrón; eslora entre perpendiculares, 133,5 pies; manga, 20,2 pies; puntal en bodega, 10,2 pies; matricula de Cartagena; maquinas construidas por T. Richardson & Sons, de Hartlepool; maquina compound de dos cilindros; diámetro de los cilindros, 20 y 35 pulgadas; carrera de los cilindros, 21 pulgadas; potencia nominal, 47 caballos”…

Vapor CAROLINA saliendo de Mazarrón rumbo a Cartagena. Foto H. Nonnast. Del libro MAZARRON 1900

Vapor CAROLINA saliendo de Mazarrón rumbo a Cartagena. Foto H. Nonnast. Del libro MAZARRON 1900

De la lectura del libro MAZARRON 1900, deducimos que el buque, en un principio perteneció a D. Carlos Huelin, personaje almeriense implicado en política y en negocios mineros, que lo vendió a la Compagnie d´Aguilas, que lo exploto en los primeros años. En un momento indeterminado, pasa a formar parte de la Compañía Metalúrgica de Mazarrón, seguramente debido a la compra, o transferencia, de unos activos a esta Compañía, quien lo explotara ya, seguramente, hasta el final de sus días. En el diario LA ILUSTRACIÓN FINANCIERA, edición de 10 de julio de 1911, núm.76, pagina 7, en el balance de 1910 de la Compañía Metalúrgica de Mazarrón, aparece la referencia al vapor CAROLINA, siendo este valorado en 103.423,46 pesetas.

De la lectura de este libro extraordinario, se ve que, hoy como entonces, la presión del poder y el capital podían incluso con los más elementales derechos de los ciudadanos. En aquellos días, aparte de la explotación humana por las corporaciones internacionales, la villa se enfrentaba a la escasez de agua debido al uso, y abuso, de los acuíferos por parte de estas corporaciones. El autor narra con maestría estas vicisitudes, y la lucha de los pocos valientes que se enfrentaban con aquellos poderes fácticos. Leamos pues, el apunte dedicado por el autor a la Compagnie d´Aguilas: …”Compañía de Águilas. La empresa minera más significativa y determinante en el desarrollo industrial de Mazarrón fue la denominada Compagine d´Aguilas.

El vapor CAROLINA fondeado en la rada de Mazarrón. Detalle de una gran foto, remitida por Antonio Noguera. Nuestro agradecimiento

El vapor CAROLINA fondeado en la rada de Mazarrón. Detalle de una gran foto, remitida por Antonio Noguera. Nuestro agradecimiento

Constituida en París, el mes de julio de 1881 con un capital inicial de 15 millones de francos, llevaría a cabo fuertes inversiones en todo el levante alménense, concretamente en Bédar, Sierra Almagrera, Herrerías, Palomares, Garrucha y Cabo de Gata; paralelamente emprendería trabajos en Águilas, Lomo de Bas y especialmente en Mazarrón, donde al paso de los años consiguió los mejores rendimientos.

Su actividad industrial en la provincia de Almería comenzó siendo decisiva, llegando a reanudar el trascendental desagüe de Almagrera y explotando las minas de la Sierra de Bédar y Herrerías de Cuevas, donde se interesó por los yacimientos de hierro. Adquirió las mejores fábricas metalúrgicas de la zona, destacando en 1884 la compra de la fundición “Santo Tomás”, en Almería, para el aprovechamiento de las numerosas explotaciones que poseía, tanto de minas en propiedad como de las que trabajaba a partido. Cuando la Compañía de Águilas llega a Mazarrón, todavía están los ánimos exaltados por el reciente descubrimiento del filón “Prodigio”; su fama ha superado nuestras fronteras y una legión de inversores fijan sus miradas sobre el cerro volcánico de San Cristóbal. Los propietarios de la mina “Santa Ana”, concesión donde se encontraba dicho filón, era una sociedad llamada San Juan y Santa Ana, cuyo último arrendamiento con D. Hilarión Roux y Escombreras-Bleyberg había expirado en 1879 e iba a pasar ahora a manos del industrial D. Jacinto Anglada. Tanto los Anglada como los Orozco, los Calvet o los Huelin eran viejos conocidos del negocio minero, naturales de Almería, que estaban viviendo aquí algo similar a lo acontecido años atrás, cuando se descubrió el fabuloso filón “Jaroso”, en Sierra Almagrera. Todos ellos tenían intereses económicos en el sureste español y más de uno ya había contactado con la flamante Compañía de Águilas en transacciones comerciales que derivaron, por ejemplo, en la compra de las fábricas metalúrgicas de los Huelin en Herrerías y los Anglada en Garrucha, finalizando el año 1891. De la misma manera, la anhelada por todos mina “Santa Ana” era sospechosamente transferida a la compañía francesa en 1883 por los señores Anglada, habiéndola trabajado estos muy escaso tiempo. Era tal la riqueza de esta concesión minera, que la producción de plomo en años posteriores a 1883 siguió aumentando por el incesante descubrimiento de varias y notables ramas del filón “Prodigio”.

En el año 1883 quedaba definitivamente afianzada la Compañía de Águilas en Mazarrón, que explotaba ya en arrendamiento dos de las principales minas del distrito como eran “Santa Ana” y “Triunfo, en San Cristóbal, junto a otras dos menos importantes en Los Perules. También, en febrero de 1883, la compañía comunicaba al ayuntamiento, que le había sido concedida por el gobierno de la nación la construcción y explotación de un ferrocarril desde las minas de esta villa al puerto de mar. Por este motivo rogaba al consistorio se sirviese facilitarle los terrenos necesarios al paso de la vía. Era el comienzo de un despertar industrial que estaba abanderando la empresa francesa, decidida a modernizar y actualizar los viejos sistemas de transporte de mineral en tartanas por el del más rápido y seguro del tren; a este hecho culminante hemos de sumar lo ocurrido un año antes, en concreto el 10 de abril de 1882, cuando la compañía firmaba la escritura de compra de un vapor de hélice llamado “CAROLINA” al industrial D. Carlos Huelin, de Palomares, por la importante suma de 125.000 pesetas.

El “CAROLINA” era un moderno buque construido en los astilleros ingleses de Hartlepool en 1880, que en lo sucesivo transportaría carga de mineral y pasajeros entre el Puerto de Mazarrón y Cartagena, estableciendo así una línea marítima regular entre ambas poblaciones durante muchos años, “…hemos girado visita a las principales minas de Mazarrón, aprovechando la favorable circunstancia de los repetidos viajes de ida y vuelta que hace el vapor CAROLINA, pues ya hemos llegado a temer el camino terrestre que una aquel pueblo con Cartagena. La expansión de la compañía y de su negocio minero en Mazarrón hizo que otro buque, la goleta a vapor de hélice llamada “ALMAGRERA“, fuese comprada en junio de 1885 a la sociedad Anglada Hermanos, de Garrucha, con la misma finalidad que el anterior”…

El buque fue parte importantísima de la vida social en Mazarrón. Muestra de ello, son los apuntes que aparecen en las hemerotecas que hemos consultado. En el diario EL LIBERAL, edición de 28 de diciembre de 1894, pàgina 1, se leia: …”Para trasladarnos por tierra á Águilas hubiéramos tenido que marchar desde Mazarrón a Totana en un vehiculo menos que mediano y por camino detestable, tomar en el último de dichos puntos el tren que por la línea de Alcantarilla á Lorca muere en esta ciudad y utilizar la vía férrea que de ella arranca y de la cual es última estación el puerto primeramente mencionado: total, gran perdida de tiempo y no pequeño numero de molestias.

Comprendiéndolo así el Sr. Greif y llevando á los últimos limites su galantería, nos manifestó que el vapor CAROLINA continuaba estando á nuestra disposición y que, por consecuencia, su capitán esperaba á que le fijásemos día y hora para conducirnos á nuestro destino.

No tuvimos valor para rechazar tan generoso ofrecimiento y lo aceptamos profundamente reconocidos: en el Casino del puerto nos despidieron muchos apasionados de EL LIBERAL y algunos que, quizás sin serlo, demostraron de aquel modo su galantería, y á las diez en punto de la mañana zarpó el vapor, que bien pronto puso entre él y Mazarrón distancia respetable.

El tiempo era hermoso, el mar parecía un lago y lo templado de la mañana convidaba á permanecer sobre cubierta para contemplar muy de cerca los accidentes de la corta y para echar un parrafo, al propio tiempo, con Requena, capitán del CAROLINA, viejo marino que navega desde hace 45 años y que se lamenta de no haber naufragado más que una sola vez, porque recuerda con deleite que entonces tuvo mucho que contar, mientras que ahora á nadie le interesan sus viajes.

Al medio día fondeaba el vapor, á cuyo costado se acercó un bote tripulado por el capitán y el médico del puerto, el administrador de la Aduana y otras varias personas de las mas conocidas en Águilas, que aún no sé cómo averiguaron que debíamos llegar en aquel día y por aquel camino”…

Aquí se muestra lo complicado de las comunicaciones en la zona, que hacían, de este buque, una herramienta imprescindible para ir a las poblaciones cercanas.

Para entender como se transfirió el buque de la Compagnie d´Aguilas, a la Compañía Metalurgica de Mazarrón, volvemos con el libro MAZARRON 1900. El autor cita: …” En el mes de noviembre de 1884 comienzan a circular rumores sobre un traspaso (que se podría incluso haber producido ya) de las minas que posee la compañía Escombreras-Bleyberg a la de Águilas. Dicha transacción incluiría a todas las minas de San Cristóbal y Perules con sus establecimientos industriales correspondientes, excepto las que posee en las Pedreras Viejas la sociedad que fundara D. Hilarión Roux. Las noticias que corren por Mazarrón hablan de una suma de dinero que oscilaría entre 15 y 20 millones de pesetas; oficialmente se confirma la operación el día 9 de diciembre, entregándose a la Compañía de Águilas por los delegados de la de Escombreras-Bleyberg las minas siguientes: “Impensada”, “Recuperada”, “No te escaparás” (de ésta sólo la mitad), “Grupo”, “Ledua”, “Tubal” y “Ceferina”, todas ellas en propiedad, y “Santa Justina” y “Esperanza”, en arrendamiento, que unidas a las que tenía la compañía: “San Juan”, “Santa Ana”, “Triunfo”, “San Antonio” y “San José”… convertían a la sociedad gala en la dueña del distrito minero de Mazarrón. En cuanto al tema económico, la “Gaceta Minera y Comercial” confirma a título de rumor el hecho de que no haya existido venta propiamente dicha, sino una transferencia de capital, ya que la casa Rothschild Hermanos llevaría “…un crédito de cinco millones de pesetas de una a otra compañía, aumentando hasta ocho millones y medio, los tres y medio que dicha casa poseía en obligaciones de la “Compañía de Águilas“. Los Rothschild tuvieron intereses económicos en España mediado el siglo XIX, con importantes negocios en las minas de mercurio y azogue en Almadén (Ciudad Real); también llevarían a cabo la instalación de líneas de ferrocarril en distintos puntos del sur de España, relacionándose intensamente con el mundo de la minería sobre todo a partir de la aprobación de la ley de bases mineras del año 1868, que con su normativa favorecía abiertamente la explotación de los yacimientos mineros españoles por empresas extranjeras.

Así fue como, además de respaldar fuertemente a la Compañía de Águilas, los Rothschild aportaron el 40% del capital inicial de la poderosa Societé Mineire et Metallurgique de Peñarroya, fundada en París; curiosamente, también en el mes de julio de 1881. En aquel momento histórico, la familia de banqueros alemanes y de origen israelita, cuyo representante parisino era Jacob Rothschild, se erigían en dominadores del sector plumbífero de gran parte del país, apostando por un distrito como el de Mazarrón, donde tenían la seguridad plena de obtener cuantiosos beneficios en sus ricos criaderos de galena argentífera”…

Y para concretar y conectar con el motivo de nuestro interes, el autor cita, mas adelante: …” La Compañía Metalúrgica de Mazarrón, con su fundición “Santa Elisa” del puerto en creciente ascenso, ultimaba un contrato en virtud del cual tomaba posesión de los derechos y deberes adquiridos por la Sociedad Peñarroya con la Compañía de Águilas. Con tal motivo se iba a proceder a la construcción de dos nuevos hornos Piltz y calcinadores necesarios para elevar la producción de plomo a… ¡50 toneladas diarias!“…

¿Es en este momento cuando el vapor CAROLINA pasa a ser propiedad de la Compañía Metalúrgica de Mazarrón?

Mariano C. Guillen Riquelme nos da una clara referencia de quien era esta compañía: …” Compañía Metalúrgica de Mazarrón. La Compañía Metalúrgica de Mazarrón se constituyó el día 4 de febrero de 1885, en Madrid, con el fin específico de instalar en el Puerto de Mazarrón una de las más modernas fábricas fundidoras de plomo de toda España. Y aunque no era propiamente una sociedad minera de extracción, sino más bien de transformación, sí mantenía importantes conexiones con las que operaban en el distrito mazarronero; de hecho fue co-propietaria de la Sociedad Unión y llegó a compromisos comerciales con casi todas las demás, por ser el mejor y el único establecimiento industrial de este tipo en el distrito. Entre los importantes socios fundadores estaban el Banco General de Madrid, la casa G. Henfrey et Cié. de Genova y la fábrica de refinaciones de oro y plata de Francfort. Su consejo de administración se formó con el Sr. duque de Veragua, D. Joaquín de la Gándara y D. Arturo Guimner, en Madrid, y en Francfort sur le Mein, por los señores Andreac, Neufville y Schimidt Polexíw. Se nombró director de la compañía al Sr. D. Ernesto Greiff, que un año después sería también designado director de la fábrica metalúrgica bautizada como Santa Elisa, emitiéndose acciones por valor de tres millones de reales que fueron enteramente suscritas por los socios fundadores. La compañía dio beneficios a los accionistas rápidamente, elevándose el capital en el año 1890 a 2.500.000 pesetas y según el balance hecho público por la compañía de ese año se repartió a sus socios un 7% de utilidades después de cubiertas las amortizaciones y atendido el fondo de reserva.

La fundición también trajo progreso para Mazarrón, funcionando casi sin interrupción durante cuarenta años, dando trabajo a 500 hombres y generando un enorme movimiento portuario con las continuadas entradas y salidas de “vapores” cargados de carbón, mineral o producto ya manufacturado”…

El buque fue siempre una referencia en la vida de Mazarrón. En el diario LA EPOCA, edición de 8 de mayo de 1906, núm.20.023, pagina 1, se leía: …“Los conservadores de Cartagena (De nuestro servicio particular) Cartagena 7 (12 mañana).- En el vapor CAROLINA se trasladó ayer al pueblo de Mazarrón el nuevo jefe de los conservadores de esta circunscripción, don José Maestre, acompañado de muchos de sus correligionarios.

En Mazarrón se le hizo un brillante y entusiasta recibimiento. El pueblo en masa esperaba en los muelles la llegada del CAROLINA, y al desembarcar el Sr. Maestre prorrumpió en ruidosas aclamaciones.

Se dieron también muchos vivas á Maura y al partido conservador”…

Otro ejemplo de la presencia del buque en la vida de la villa lo daba la revista LA VIDA MARITIMA, edición de 20 de junio de 1907, pagina 9, en que se anotaba: …”Cartagena. « Enseñanza Naval en Mazarrón.- El día 22 del pasado tuvo lugar en el pueblo de Mazarrón y en su puerto, la inauguración de la Enseñanza Naval Elemental, para lo que marchó de esta ciudad el Secretario de la Liga Marítima, Sr. Moncada, abordo del vapor CAROLINA”…

La compañía propietaria lo usaba en todo tipo de cometidos. En el diario LA EPOCA, edición de 14 de abril de 1909, núm.21.001, pagina 5, se anotaba: …”Viaje de prácticas.- Los alumnos de Minas en Cartagena. Cartagena, 14 (11,35 mañana).- Acaban de llegar en el vapor CAROLINA, procedentes de Mazarrón, 42 alumnos del quinto año de la Escuela de Ingeniaros de Minas, acompañados del profesor, D. Eduardo Gullón, y del secretario, Sr. Herreros de Tejada, que vienen efectuando una excursión de prácticas.

Visitarán la fábrica de desplatación de Figueroa; las minas de Cabezo, Rijado y del desagüe de Llano Real; las fundiciones de Salmerón y Escombrera», y los talleres de la Maquinista de Levante Miguel Zapata”…

La carga principal del buque era el mineral. Así lo atestigua el diario EL SOL, quien en su edición de 28 de enero de1921, pagina 4, cita: …”Puerto de Cartagena. Entradas.- Vapor “CAROLINA“, de Mazarrón, con plomo”…

Como todo buen vapor, y a pesar de lo que contaba su capitán, tuvo sus sustos. El diario EL SOL, en su edición de 21 de febrero de 1924, pagina 8, anotaba: …”Barcos en peligro. Mazarrón 20 (8 m.).- A causa del fuerte temporal en el mar, rompieron sus amarras los barcos surtos en esta bahía, el laúd “DOLORES” y el “LEONOR GARCIA“.

El vapor “CAROLINA” les prestó auxilio y logró remolcarlos al abrigo de la rada. Las tripulaciones de los pailebotes que se hallaban también en el puerto, después de amarrar fuertemente las embarcaciones saltaron a tierra, por el temor de que las olas gigantescas hicieran arrastrar hacia la playa dichos barcos. Los socios del Pósito del Pescador recogieron a los tripulantes en su asilo, donde encontraron casa y camas. El temporal continúa”…

Estos temporales causaban destrozos en los trenes de carga disponibles, como ya vimos al estudiar la varada del vapor TAJUÑA.

Como ya hemos dicho, perdemos el hilo de la vida del buque en los años de la guerra civil. Rogamos, de la inteligencia de los estimados lectores, la colaboración en la clarificación de la vida de este bonito vapor.

Nuestro agradecimiento al Sr. Antonio Noguera por su inestimable colaboración, y al Sr. Mariano C. Guillen Riquelme por su amabilidad y por obsequiarnos con tan maravilloso libro.

El vapor CAROLINA fondeado en la rada de Mazarrón. Detalle de una gran foto, remitida por Antonio Noguera. Nuestro agradecimiento

El vapor CAROLINA fondeado en la rada de Mazarrón. Detalle de una gran foto, remitida por Antonio Noguera.
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